Nos enseñan en la universidad a dejar de un lado la emoción, a transmitir sin perder el punto a la neutralidad. A dejar que sean la noticia y el personaje los que hablen. Y eso pretendemos hacer en COOLthelifestyle (plural mayestático mediante) con esta entrevista que vamos a enseñarte. Y lo hacemos mostrando un dominio exacerbado del control. No todos los días tiene uno la ocasión de lanzarle unas preguntas sobre el mundo y la vida a un maestro como Daniel Lumera. Este estudioso de la experiencia, creador del método My Life Design, es sociobiólogo, referente científico internacional en ciencias del bienestar, y colabora periódicamente con Harvard y, entre otros, con Tara Gandhi, nieta del Mahatma. Abre tus ojos, lee con atención y deja que su mensaje cale en ti como merece.
Pregunta: Lo primero que, de corazón, nos sale preguntarte es, ¿de dónde has salido? ¿Cómo se le ocurre a una persona de este planeta desarrollar un método perfectamente estructurado para alcanzar la armonía interna y la paz en el mundo o crear nada más y nada menos que el Día Mundial del Perdón? ¡Solo saber que hay alguien que se dedica a estas cosas, nos hace parar la maquinaria y reflexionar! ¿Cómo empieza todo?
Respuesta: Todo esto sale del amor y del dolor. Ha salido desde una crisis muy profunda en mi vida, de 2004 a 2006, que rompió todos los aspectos de mi vida: amistad, salud… Y desde ahí he tenido que comprender cómo gestionar una situación de crisis, de fragilidad, de debilidad… Esto me ha permitido investigar y encontrar aquellos que son los aspectos que realmente marcan la diferencia en nuestra vida, entre los cuales están por ejemplo la meditación y el perdón, os cuales crean en el ser humano una profunda autenticidad. Al final he querido compartir esta vivencia personal porque sentía que era un elemento muy potente, de equilibrio, de transformación personal y social. También ha salido del amor. Un amor que creo que nutro perfectamente para toda la educación en la conciencia. Para aquellas experiencias que dan integridad a nuestra vida y nos permiten hacer de la experiencia humana algo significativo y morir en una dimensión de plenitud. También de un estudio de casi 30 años al que he dedicado mi vida a la comprensión de aquellos valores que donan significado a la existencia.
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P: ¿Qué es My Life Design?
R: Es el dibujo consciente de la trayectoria de nuestra vida. Una trayectoria existencial fundada en los valores de consciencia, de humildad, de constancia, de perseverancia, de pasión, de amor, de dedicación, de responsabilidad, de dedicación. Esto impacta en tres niveles: el bienestar personal, el bienestar relacional y social. Es una metodología que utiliza valores como el perdón, la gentileza, el optimismo y la gratitud y los declina a través de herramientas como la alimentación, el ejercicio físico, la meditación, la música y las relaciones. Hemos aplicado estas cosas en universidades, escuelas, hospitales… un público amplio de personas pero también en cárceles con el objetivo de difundir un método que pueda mejorar nuestra calidad de vida desde la conciencia.
P: Colaboras con grandes instituciones y personalidades. Háblanos de Tara Gandhi. ¿Cómo es la nieta del gran Mahatma?
R: Yo he tenido la suerte de ser alumno directo de Anthony Elenjimittan, discípulo de Gandhi. Trabajando en esa línea en India por primera vez encontré a Tara Gandhi en su casa de Nueva Dheli. Empezó una relación de estima, amistad profunda… Compartimos valores y proyectos. Vino a Italia en el Día Internacional del Perdón. Recibió de nuestra parte la medalla de embajadora del perdón a nivel mundial. Siempre ha estado presente en nuestra línea de investigación porque durante años ha recogido el testigo de su abuelo y ha desarrollado las mismas líneas de conducta y valores. Estar con ella es un privilegio increíble. Es una mujer profundísima, muy espiritual y muy sabia y es increíble ver cómo cuenta su vida en la dimensión familiar e íntima de Gandhi, con anécdotas y cosas importantes de su abuelo. Ella dice que su abuelo tenía una filosofía de vida muy esencial. Ellos podían tener cada uno tres trajes para dar ejemplo de que solo lo esencial es necesario. Cuando la abuela de Tara estaba muriendo, Tara le fue a llevar un sari muy bonito. Miró a su abuelo y quiso salir corriendo por miedo a que su abuelo le quitara ese regalo por pensar que era superfluo. Entonces el abuelo la miró a los ojos y le dijo: mirad, siempre os he dicho que solo era importante tener por cada uno de nosotros lo esencial pero esto para ti hoy es importante, es esencial. Con enseñanzas como esta me doy cuenta de lo importante y lo interesante que ha sido tener en mi vida guías que me han ayudado y han enriquecido con valores coherentes mi formación, mi espíritu y mi postura.
Tara Gandhi tiene hoy 87 años.
P: En julio tendremos ocasión de conocer el proyecto My Life Design un poquito más. ¿En qué va a consistir ese evento en el que vas a participar?
R: Es un evento transversal: habla de bienestar, de conciencia, de una nueva modalidad de ser humano, de cómo es posible aumentar el nivel y la calidad de nuestra vida haciendo prevención pero al mismo tiempo teniendo un impacto muy fuerte de bienestar a siete nieveles: físico, vital, emocional, mental, relacional, integración del pasado y significado de la vida. Desarrollamos estos temas a través de la alimentación, el movimiento físico correcto y la meditación y vamos a aplicar esto a través de una metodología que hemos estudiado durante años. Estos son también los tres niveles que la Organización Mundial de la Salud indica como pilares del bienestar. Vamos a hacer un viaje para descubrir cómo estas tres herramientas pueden generar un impacto en nuestra vida. Vamos a ver contextos donde se aprende cómo el alimento físico puede ser un medicamento y regular nuestra salud, cómo el movimiento físico correcto tiene también un impacto en la longevidad y lo mismo con la meditación a nivel vital, ético, a nivel de equilibrio psicofísico y emocional. En definitiva, vamos a ver cómo podemos aplicar estas herramientas a los diferentes ámbitos de nuestra existencia.
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P: ¿Qué tenemos que hacer para poder asistir?
R: Tenéis que contactar con Gonzalo Rivas y pedir toda la información relativa al lugar, los términos de inscripciones, horarios y material necesario.
P: Si tuvieras que definir tu filosofía de vida con una sola palabra, ¿cuál sería?
R: Conciencia. Es una palabra muy bonita porque se refiere a un tipo de conocimiento que tiene su origen en la experiencia directa de las personas. Es un conocimiento identitario. Para desarrollarlo no solo es necesario tener experiencia de algo sino repetir esa experiencia muchas veces hasta que nos dé un sentido más profundo de nosotros mismos. Conocerse, explorarse de una forma profunda… Una cosa es saber que eres un hombre y otra muy distinta ser consciente de que eres un hombre. Significa que haces operativas todas las cualidades. Te conoces. Conoces cuáles son las características intrínsecas del sentido de identidad y las aplicas coherentemente. Las declinas de forma pragmática.
«Detrás de la rabia hay amor como la sombra es el testigo de la presencia de la luz»
P: ¿Y si hubiera una palabra que Daniel Lumera pudiera hacer desaparecer del diccionario?
R: Ninguna. Todas las palabras están bien. Detrás de la rabia hay amor como la sombra es el testigo de la presencia de la luz. Todas las palabras existen porque definen algo. Es la manera de habitar esas palabras lo que marca la diferencia. Entonces, yo… las dejaría todas.
«La canción que escogería como himno del mundo es la canción del silencio».
P: ¿Qué canción escogería Daniel Lumera como himno del mundo?
R: La canción que escogería como himno del mundo es la canción del silencio. Es el silencio. Porque el silencio nos permite escucharnos, dejar espacio a la vida, de escuchar a los demás… El verdadero silencio da sentido al dolor y al amor porque permite florecer todas las experiencias sin control.
P: ¿Qué le dirías a quien creyese que no es posible hacer del mundo un lugar mejor a partir del esfuerzo individual?
R: Hay unas palabras de un sabio que se llama Sivananda de la India, un gran maestro, que dice que a partir de la intimidad de nuestro sentir se forman las ideas, a partir de esas ideas se forman emociones y a partir de estas situaciones, de ahí actuaciones y de ahí nuestro carácter. Entonces todo tiene una raíz interior. Lo mejor que podemos hacer es ser coherentes con lo que sentimos como auténtico en nuestro corazón. Además, en los últimos años he aprendido que la meditación tiene un impacto genético, emocional y mental enorme. No solo en la biología de nuestro cuerpo sino también podemos impactar en situaciones externas cuando no somos reactivos a la rabia ni reaccionamos al odio con otro odio. Cada uno de nosotros puede marcar la diferencia en lo que pasa a su alrededor en este intente. Creo en la interconexión y sé que lo mejor que podemos hacer en este momento para este planeta es tener una mente ecológica. El mayor contaminante no es el petróleo ni el plástico sino la mente humana, que es una mente desordenada que se siente fracturada y separada de todo y de los demás y que vive como si el ser humano fuera el dueño de este planeta, con una visión antropocéntrica y no biocéntrica. La vida es el centro, no el ser humano. Por eso creo que para que el mundo evolucione tenemos que comenzar desde nuestra intimidad. Hay una íntima y potentísima interdependencia entre intimidad de nuestro sentir y ambiente externo.
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P: ¿Cuál crees que ha sido el sentido de este virus?
R: Ha tenido muchas enseñanzas. Primero de todo que de la salud de los demás depende también nuestra vida y la de nuestros seres queridos porque todos estamos interconectados y somos interdependientes respecto a todas las formas de vida, no solo entre seres humanos. Toda la naturaleza es un único organismo. Tenemos que razonar en términos de salud colectiva si queremos cuidar nuestra vida. El virus ha sido un mecanismo de regulación de la propia Tierra. La Madre Naturaleza tiene mecanismos de autorregulación impresionantes. Cuando una especie boicotea el planeta, la Madre Naturaleza tiende a eliminarla. Esa especie es en este caso el ser humano. El virus es un aviso. Un programa evolutivo que además nos hace tomar consciencia de lo frágiles que somos y de lo humildes que tendríamos que ser. Nos hemos dado cuenta de que podemos transformarnos de explotadores de recursos en garantes de la belleza así que el virus para mi es un maestro.
P: ¡Daniel Lumera, gracias por tu labor!¡Un placer poder hacerte estas preguntas!
R: Muchas gracias.